ALBERT ARRAYAS (ILUSTR.) / ALEJANDRO PALOMAS
Gea y Yuki son vecinos. A Yuki le encanta mirar el firmamento con sutelescopio y contar las pecas de la cara de Gea. Cuando Gea cumplesiete años se traga un hueso de cereza; lo que podría haber sido unpequeño incidente tendrá consecuencias inesperadas en sus vidas.