GARCÍA MACHO, PABLO
Este libro te irá informando de que la Gema suave, dulce, todo sencillo, fácil y obra de Dios -¡misticona!- no existe más que en la mente de algunos biógrafos y devotos mal informados acerca de cómo esa piedra preciosa (esa "Gema") alcanzó el brillo y la hermosura que tiene hoy en el joyero de Dios y en la corona gloriosa de la Iglesia.
En una carta del 9 de agosto de 1900 al Padre Germán, Gema le dice: ¡Cuánta violencia tengo que hacerme para conseguir mejorarme un poco! Soy tan débil en la virtud, tan fuerte en los vicios y tan mal acostumbrada, que con dificultad se hallaría quien me supere. Pero si Jesús me ayuda, me haré santa.¡Cuántos golpes del Artista Divino fueron necesarios para llegar a pulir bien esa piedra hasta hacer de ella la Santa de nuestros altares, a la que tantas almas acuden cada día en busca de ayuda en sus necesidades y de ejemplo para su vida en el seguimiento fiel de Cristo!
Las flores se marchitan, las almas florecen. La vida de Gema fue ciertamente breve, pero tan intensa, que ha quedado grabada como un ejemplo maravilloso de vida de amor en el corazón de la Iglesia.